El beso robado es señalado como agresión sexual por el Tribunal Supremo

Un nuevo fallo relacionado al comportamiento de un policía redefine los ataques a la intimidad.

NicolasLafferriere

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Nicolas Lafferriere

25 de junio de 2024, 6:45 p.m.

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Un tribunal define al robo de besos como una forma de abuso sexual. Fuente: Pexels

El Tribunal Supremo definió los besos robados como una forma de agresión sexual durante la resolución de un caso que lleva más de cuatro años en desarrollo. Un policía besó a una reclusa sin su consentimiento, y las consecuencias legales llegaron hace pocas horas.

El fallo del magistrado

Esta mañana, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía declaró culpable a un policía de identidad no revelada al público. El acusado se verá obligado a cumplir la pena de un año y nueve meses de prisión, además de ser inhabilitado para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante su condena.

El Tribunal Supremo realizó un importante fallo relacionado a las conductas de acoso sexual. Fuente: X (@PoderJudicialEs)

Vicente Magro, magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, señaló las conductas del policía como un acto de agresión sexual. “La condena no se produce por un trato de favor del recurrente hacia la detenida, sino por un beso dado sin consentimiento de la víctima, que como “beso robado” integra la condena en su momento por abuso sexual, y en la actualidad por agresión sexual”, señaló Magro.

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    Un policía llegó a declarar que el cuerpo de seguridad tiene prohibido este tipo de acercamiento hacia las reclusas. “En modo alguno puede acercarse a una detenida y darle un beso aprovechando su situación y la especial vulnerabilidad en la que se encuentra”. El testigo anónimo aseguró que

El acoso del policía

En enero de 2020, una convicta presentó una denuncia de acoso sexual hacia uno de los policías encargado de vigilarla durante su encierro. La demandante señaló como conducta principal un beso en la mejilla y un intento fallido de beso en los labios que el oficial realizó durante su tiempo juntos en el calabozo.

El policía fue condenado a un año y nueve meses de prisión. Fuente: Pexels

Dentro del proceso legal, se presentaron pruebas en forma de conversaciones que el policía tenía con la convicta, a las cuales esta última se negaba. Acercamientos con fines de entrometerse en la intimidad de la reclusa, e incluso una nota escrita del oficial pidiendo “si podía abrazarla” fueron clave a la hora de definir la situación.

“Lo que ocurrió tras haber intentado el policía ganarse la confianza de la detenida y buscar cierta intimidad, halagando su físico, preocupándose por su estado, situación y por cuestiones de su vida personal, e incluso dando pasos previos en el acercamiento”, mencionó el magistrado.

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