La historia de la celebración del día de la madre en España

Ya se celebró hace casi 100 años, y cada año celebramos la llegada de nuevas madres.

Por:

Adonis Martínez

La primera vez que se celebró un Homenaje a la Madre en España fue el 4 de octubre de 1926. Aunque no fue una celebración oficial, su propósito era enseñar a los niños a respetar no solo a sus madres, sino también a las madres de los demás y a las mujeres en general. Con el paso del tiempo, esta celebración comenzó a ganar popularidad y se extendió por todo el territorio español.

No fue hasta 1936 cuando el Ayuntamiento de Breña Baja, en las Islas Canarias, decidió instituir oficialmente el Día de la Madre en España, estableciendo su celebración el tercer domingo de mayo. Este acto marcó un hito importante en la historia de las festividades nacionales dedicadas a honrar a las madres.

A nivel internacional, el Día de la Madre tiene sus orígenes en la iniciativa de Anna Jarvis, una mujer estadounidense que deseaba homenajear a su madre por su esfuerzo continuo en reconciliar a los participantes de la Guerra Civil Americana. El reconocimiento oficial de esta celebración llegó en 1914, cuando el segundo domingo de mayo fue declarado como fiesta nacional en Estados Unidos. Este día se dedicó a reconocer la labor y sacrificio de todas las madres, inspirando a otras naciones a adoptar fechas similares para celebrar esta ocasión especial.

Cómo se originó el Día de la Madre en España

La celebración del Día de la Madre en España comenzó con la inspiradora iniciativa de Julio Menéndez García, un funcionario de correos en Carlet, Valencia. En octubre de 1925, Menéndez García propuso al gobierno la idea de rendir homenaje a las madres, solicitando el apoyo conjunto del gobierno, la iglesia, las artes y la prensa. A pesar de algunas críticas iniciales, como las del diario La Voz, la propuesta ganó impulso y en 1926 recibió un apoyo significativo de la Federación Ibérica de Sociedades Protectoras de Animales y Plantas durante la “Semana de la Bondad”. Esta semana incluyó un homenaje floral a las madres, celebrado en Madrid.

El evento fue especialmente relevante para los niños de familias con menos recursos, que a menudo no podían permitirse comprar flores. En respuesta, la Federación Ibérica ayudó a financiar la compra de flores, alentando a organizaciones y autoridades eclesiásticas a participar en este acto benéfico. Madrid se llenó de puestos de flores en lugares emblemáticos, y las hijas de Alfonso XIII, las infantas Beatriz y Cristina, contribuyeron donando flores para los niños más pobres. Este gesto, ampliamente apoyado, simbolizó un esfuerzo por fomentar el respeto hacia las madres y las mujeres en general, marcando el inicio de una campaña más amplia para inculcar valores de humanidad y respeto en las nuevas generaciones.