Multas de hasta 150.000 Euros para quienes por sacar este dinero sin justiticar a la Agencia Tributaria

Este año la Agencia Tributaria ha endurecido sus medidas, lo que ha aumentado la presión fiscal considerablemente.

Por:

Adonis Martínez

En plena era digital, pagar en efectivo se ha vuelto casi un acto rebelde. Sacas un billete y, antes de que lo entregues, ya te han acercado el datáfono. Pero aunque sorprenda, muchas personas siguen apostando por el metálico, y no solo por costumbre: también por seguridad y privacidad.

La posibilidad de eliminar por completo los billetes y monedas ha encendido las alarmas. ¿Y si un día no funciona el sistema? ¿Y si cada compra deja un rastro que otros pueden seguir? Una economía sin efectivo puede ser eficiente, sí, pero también vulnerable y menos libre.

Mientras avanza el debate, el efectivo resiste. No es solo un método de pago: para muchos, es una forma de mantener el control en un mundo cada vez más conectado. En su lucha contra la economía sumergida, Hacienda ha puesto el foco en los movimientos de efectivo que pasan por las entidades bancarias. Desde hace unos meses, ha intensificado sus controles y exige justificar tanto el origen del dinero ingresado como el destino del que se retira, especialmente cuando se trata de cantidades elevadas.

Las cantidades de retirada que deberás justificar ante Hacienda

Aunque no hay una cifra concreta que marque el límite absoluto, Hacienda sí establece ciertas referencias clave. Por ley, los bancos deben informar a la Agencia Tributaria de cualquier operación en efectivo, ya sea ingreso o retirada, igual o superior a 3.000 euros. Esta obligación busca detectar movimientos que puedan estar relacionados con actividades no declaradas o intentos de eludir el control fiscal.

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Sin embargo, no hace falta mover grandes sumas para levantar sospechas. Si una persona realiza ingresos o retiradas en efectivo por importes más pequeños —por ejemplo, 1.000 euros— de forma repetida y en días consecutivos, también puede ser objeto de análisis. Este tipo de operaciones fraccionadas se consideran una posible señal de intento de evasión, conocida como “pitufeo”, y Hacienda puede abrir una investigación al respecto.

Los bancos, como parte del sistema de prevención del fraude, están obligados a reportar estos movimientos sospechosos y, en algunos casos, a solicitar documentación que justifique el origen o el destino del dinero. Para el ciudadano, esto implica que cada vez hay menos margen para mover efectivo sin dejar rastro, especialmente si no se puede demostrar su procedencia.

Cómo justificar estos ingresos o retiradas

Para justificar movimientos en efectivo ante Hacienda, no basta con una simple explicación verbal: se requiere documentación que respalde el origen o el destino del dinero. Entre los justificantes más comunes se encuentran facturas, contratos de compraventa, recibos de pago o certificados de herencia. Estos documentos son esenciales para demostrar que el dinero tiene una procedencia legal y declarada.

En caso de no presentar pruebas suficientes, la Agencia Tributaria puede aplicar sanciones severas. De hecho, las multas pueden alcanzar hasta el 150% del importe no justificado, lo que en los casos más graves puede suponer sanciones superiores a los 150.000 euros. Esta política busca desalentar el uso de efectivo sin control y reforzar la trazabilidad del dinero en el sistema financiero.