Almudena Lebois, ¿fuga a Madrid?

Hoy se ignora la ubicación de una de las presuntas partícipes de lo que sería el caso de fraude y corrupción más relevante detectado en México en una década.

Por:

Mauricio Flores

Mauricio Flores. Fuente: Producción La Peninsula Es

La semana pasada le contamos el más reciente escándalo financiero en México, uno que tiende a crecer por sus conexiones políticas y empresariales en ambos lados del Atlántico, y que involucra a la socialité Almudena Lebois Ocejo que por ser accionista y miembro del consejo de administración de la empresa de arrendamiento Unifin fue arrestada el pasado 12 de diciembre -en plenas festividades de la Virgen de Guadalupe- en la vistosa y elegante avenida Paseo de La Reforma por los fraudes adjudicados a la compañía durante la gestión de su padre, Rodrigo Lebois Mateos.

Tales acusaciones podrían implicar el impago de deudas con diversas personas y empresas por cuando menos 300 millones de euros en el mercado mexicano y posiblemente otros 400 millones en deuda internacional.

Pero al parecer la heredera del imperio Unifin (que en su momento fue la empresa de arrendamiento de mayor alcance en México y que realizó ofertas internacionales de valores con la finalidad de fondear y capitalizar sus transacciones), se habrían dado a la fuga de la justicia mexicana a penas el 18 de diciembre pasad luego que de manera irregular fue liberada el 13 de diciembre pasado; liberación acontecida un día después de su detención en el hostil y nada bonito Penal de Barrientos -ubicado en populoso municipio de Tlanepantla, Estado de México- cuando de manera regular una liberación ante imputaciones de fraude multimillonario puede llevar hasta una semana de prisión preventiva y significar acciones precautorias de autoridad como la colocación de una pulsera de geolocalización, el pago de una garantía y el retiro del o de los pasaportes de la imputada o imputado cuando es “vinculado a proceso”.

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    Ser “vinculado a proceso” significa en México que los jueces de primera instancia -el que recibe primeramente las querellas de las personas y que depende directamente de las fiscalías estatales o federales que de manera informal están bajo la ordenanza del poder de la presidencial- ordenan que el acusado debe ser retenido para desahogar las acusaciones... retención que puede ser en el domicilio del acusado o en detención preventiva, ello dependiendo del delito y su recurrencia así como de la capacidad para solventar o no el daño por parte del acusado.

Pero al parecer a la joven Almudena le sobraron los medios económicos (por que jurídicos no aparecen a primera vista) para lograr una liberación exprés pues como ha informado la fiscalía del Estado de México a cargo de José Luis Cervantes García, el juez del Penal de Barrientos no encontró elementos formales para “vincular a proceso” a la inculpada… por lo que pudo conservar sus dos pasaportes, uno de nacionalidad mexicana y otra española.

Y con cualquiera de los dos pasaportes pudo haberse ido a muchos lugares del mundo a esconderse.

Pero el primer escondite fue en la propia Ciudad de México. Conforme a una serie de versiones extraoficiales, la hija de Rodrigo Lebois se habría reunido el pasado 18 de diciembre en una casa en el adinerado barrio de Bosques de las Lomas con su tío Jacques Lebois Mateos. Ese mismo día debió presentarse ante el juez de control en el nada glamoroso Penal de Barrientos para que se le iniciara -ahora sí- su vinculación a proceso. La cita originalmente se citó un día antes (el 17 de diciembre) pero bajo el argumento de que no se sentía enferma, Almudena soló declaró vía zoom y la sesión se postergó para el día siguiente… o sea el día 18, día en que la joven ya no se apersonó argumentando que padecía Covid19 pero que, mágicamente, llegó a reunirse con su tío Jaques.

Y vaya, como aquí se informó, el tío Jaques tiene una centena de demandas civiles por fraudes con bancos como BBVA y Santander de México, incluyendo a la estadounidense Bed Bath & Beyond. También se sabe que sobre ese personaje pesan dos órdenes de aprehensión no ejecutadas (nadie sabe por qué) así como carpetas de investigación de la Unidad de Investigación Financiera por presunta evasión fiscal y lavado de dinero.

La reunión entre sobrino y tío, nos dicen, fue de lo más predecible: un insólito número de vehículos saliendo de ese domicilio (probablemente propiedad de su audaz grupo de abogados) que las pocas unidades policíacas de la CDMX ni pudieron detectar. Nadie sabe sí la heredera del defraudador se mantuvo dentro de ese domicilio… o huyó en algún vehículo sin ser detectada.

Hoy se ignora la ubicación de una de las presuntas partícipes de lo que sería el caso de fraude y corrupción más relevante detectado en México en una década.

Y bueno, siendo Navidad, es posible que Almudena y su padre, Rodrigo Lebois, celebren Navidad y Fin de año en alguno de los suntuosos departamentos que la familia posee en Madrid.

Tal vez, incluso, renueven su franquicia con la churrería Sant Ginés.

Esta columna toma un receso navideño y ofrece regresar -con todo y columnista- el 13 de enero con asuntos ferroviarios y de energía que incumben en ambas costas.

@mfloresarellano

mflores37@yahoo.es

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