¿Por qué son tan baratos? Ingenieros japoneses desarman un coche chino para averiguarlo

La oferta de vehículos chinos están preocupando a muchos países, principalmente a los Estados Unidos y también a los europeos. Japoneses destriparon un coche chino para conocer sus secretos.

Por:

Cristian Ortega Mahan

A principios de los 2000, Japón lideró la producción y venta de vehículos eléctricos, con marcas como Nissan y Toyota marcando el ritmo de la industria. El país, reconocido por su calidad e innovación tecnológica, sembró las bases para el crecimiento del sector. Sin embargo, dos décadas después, China ha asumido el liderazgo mundial en la fabricación y comercialización de coches eléctricos, eclipsando a su principal competidor asiático.

El avance de los vehículos eléctricos chinos ha generado una competencia intensa en todo el mundo. En Europa, por ejemplo, se han implementado aranceles sobre los autos eléctricos importados desde China para proteger a los fabricantes locales, y otros países también han mostrado inquietudes respecto a los vehículos provenientes de este gigante asiático. Japón no es ajeno a esta competencia, y su industria automotriz está viendo cómo su dominio se ve amenazado. Ante esta situación, la Oficina Económica y de Comercio de Japón ha convocado seminarios para evaluar las tecnologías de los competidores y encontrar formas de recuperar el liderazgo perdido.

El enigma BYD

Uno de los temas discutidos en estos seminarios fue el vertiginoso ascenso de BYD, una compañía china que, en el último trimestre del 2023, superó a Tesla en ventas de vehículos eléctricos por primera vez. Este éxito plantea una interrogante: ¿cómo es posible que los fabricantes chinos, como BYD, ofrezcan vehículos eléctricos a precios tan bajos, desafiando la competitividad global?

Durante uno de estos encuentros, se analizó el modelo Atto 3 de BYD, un SUV totalmente eléctrico lanzado en Japón en enero de 2023. Este vehículo, con un precio inicial de 30.000 dólares, es uno de los tres modelos de la marca en el país. Junto al Dolphin y el Seal, vendidos a precios de 24.500 y 33.000 dólares respectivamente, el Atto 3 ha ganado popularidad en el mercado japonés.

El despiece del Atto 3 reveló una de las estrategias clave de BYD para reducir sus costos: fabricar internamente la mayor cantidad posible de componentes del vehículo. Esta estrategia optimiza el proceso de producción y minimiza los costos de suministro y ensamblaje, lo que se traduce en precios más bajos para el consumidor final.

En este contexto, las baterías juegan un papel crucial, ya que representan más de un tercio de los costos totales de un vehículo eléctrico. BYD, el segundo mayor fabricante mundial de baterías para autos eléctricos, puede controlar tanto el costo como el suministro de este componente esencial.

Además, BYD ha incorporado un sistema llamado E-Axle, que integra varios componentes clave del vehículo, como el motor, el inversor, la transmisión y el controlador, en un solo módulo compacto. Este sistema también incluye el cargador de CA a bordo, el convertidor de CC y el sistema de gestión de baterías (BMS).

La integración de estos componentes y las economías de escala, donde el costo por unidad disminuye a medida que aumenta la producción, explican por qué los vehículos eléctricos chinos pueden ofrecerse a precios tan competitivos.

Así, China ha logrado un posicionamiento dominante en el mercado global de vehículos eléctricos, lo que plantea desafíos significativos para los fabricantes tradicionales, como los japoneses, que buscan recuperar terreno frente a la creciente competencia.