Tertulia comercial alarconiana

Actualmente las inversiones de Mexicanos en la Península se estiman en 32 mil millones de euros acumulados, en tanto que la inversión de empresas y personas oriundas de España en México acumulan cerca de 38 mil millones de dólares.

Por:

Mauricio Flores

“Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, es la frase del escritor taxqueño Juan Ruiz de Alarcón (ni mexicano o novohispano pues en el siglo XVII no existían México ni España como naciones) con que ridiculizó las exageración verbales o escritas que los hechos reales tiran por la ventana; así la disputa por un asunto de hace 500 años entre dos gobiernos del mismo signo político izquierdista, el de Pedro Sánchez en choque con Andrés Manuel López y con el que conducirá Claudia Sheinbaum… mientras comercio e inversión entre ambos lados del Atlántico, pese a toda Verdad Sospechosa, sigue fluyendo.

Por supuesto, que en torno a la frase citada existe controversia sobre su autoría, ya que hay quienes la atribuyen a José Zorrilla en su obra “Don Juan Tenorio” o a Tirso de Molina en alguna de sus comedias, pero mas allá de ello, la relación genética, cultural, religiosa, gastronómica y económica entre ambos países se expresa en que año con año mas de 800 mil personas viajan por avión entre España y México, o que las inversiones de Mexicanos en la Península se estiman en 32 mil millones de euros acumulados, en tanto que la inversión de empresas y personas oriundas de España en México acumulan cerca de 38 mil millones de dólares.

¿Qué tan representativas son las inversiones entre España y México?

Para el país latinoamericano, España es su segundo inversor extranjero, en tanto que los mexicanos representan el quinto inversor en los lares del Rey Felipe VI. El pasado y lluvioso miércoles por la tarde se realizó en la sede chilanga de Universae -el instituto de educación tecnológica más destacado de España- que conduce Manuel Clavel un seminario de alto nivel en conjunto con la Cámara Española de Comercio que aquí dirige Nuria Diego Eurice en torno a la articulación de la pequeñas y medianas empresas de mexicanas e ibéricas pueden articular alianzas y sociedades exitosas para vincularse con productos y servicios en el episodio geoeconómico más relevante en América denominado Nearshoring o relocalización de cadenas logísticas de producción e inversión.

En el evento, la directora de la Asociación Mexicanas de Parques Industriales, Claudia Esteves, expuso de cómo se ha duplicado hasta los 6 millones de metros cuadrados la demanda por naves fabriles en las regiones vinculadas al TMEC pero sin dejar de lado los problemas de seguridad pública y la necesidad imperiosa de energía limpia, agua, drenaje, trenes de carga y carreteras; el director de la asociación de la Industria Nacional de Autopartes, Francisco Gonzáles, destacando el alcance de la industria de transporte y electromovilidad entre las pymes méxico-españolas pueden ofrecer sin maniqueísmo geográficos soluciones de manufactura a Estados Unidos; y de cómo aprovechar el nuevo corredor logístico que se arma desde Canadá y que podría bifurcarse hacia Mazatlán y Altamira tal y cómo explico el director comercial de una las empresas de logística mas activas en México, Guillermo Aguilar, director comercial de la firma de logística internacional Grupo Pacífica.

Es decir que, independientemente de la verbalización extrema de un asunto histórico irresoluble, que no puede resolver una cartita por la cual dos grupos de izquierda hechos gobierno levantan una tolvanera en torno a Felipe VI, existen ciudadanos y empresas en uno y otro país que miran y apuestan hacia el futuro del Bloque de América del Norte como puerto firme para una Europa prospera y segura.

Vaya, la Cámara Española de Comercio está formando la Comisión Española Nearshoring que encabezará Ernesto Blanco, a fin de unir talentos, tecnología y capital con empresarios mexicanos -que necesitan “saber vender” fuera de sus frontearas- y los hispanos que saben “vender hasta su madre” según reza el adagio español evocado por Nuria Diego.

Ciertamente que la “pausa” que impuso López a las relaciones diplomáticas con el gobierno de su correligionario Zapatero tiene varados cerca de 300 encuentros entre la embajada española con secretarías de estado mexicanas; si estuvieran de acuerdo, todo fluiría mejor. Pero cómo por ahora no es así, las personas, como el agua, encuentran su curso en la vida y los negocios.

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