La cantidad de dinero que se invierte en aplacar la ola de calor en España

Es muy relevante la cantidad de dinero que es necesario destinar de diferentes formas a combatir las altas temperaturas.

Por:

Cristian Ortega Mahan

El alargamiento del verano implica un gasto adicional significativo en energía eléctrica debido al uso de aparatos de aire acondicionado en los hogares españoles, según un estudio de la plataforma de ahorro e inversión Raisin.

Este informe, que utiliza datos de la Agencia Estatal de Meteorología, revela que los veranos actuales son más de un mes, es decir, cinco semanas, más largos en comparación con principios de los años 80 del siglo XX. Este incremento en la duración de la temporada cálida se traduce en un aumento promedio de algo más de 108 euros en la factura eléctrica anual por hogar.

Lo que cuesta la ola de calor

El estudio detalla que un hogar español gasta en promedio 2,72 euros al día en aire acondicionado, basándose en un precio medio de 0,139 €/hora por kW y un consumo medio de 2,5 kWh/hora por aparato, si se usa aproximadamente 8 horas diarias.

Esto significa que el alargamiento del verano supone un gasto adicional de 108,72 euros, elevando el coste anual solo para el aire acondicionado a 256 euros por hogar. A nivel nacional, este aumento representa un desembolso total de casi 2.000 millones de euros.

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El análisis subraya que el incremento en la demanda eléctrica se ve agravado por el hecho de que, a diferencia de otros electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas, el aire acondicionado no puede programarse para funcionar en las horas de menor coste, sino que se utiliza precisamente cuando se necesita más. Esto añade una presión adicional sobre el consumo energético durante las horas pico.

Mirando al futuro, si los peores escenarios climáticos se materializan y las temperaturas siguen subiendo, Raisin estima que para el 2050 el gasto en aire acondicionado podría incrementarse en 64 euros adicionales por hogar.

Más calor

Además del impacto económico, el informe destaca que el uso del aire acondicionado contribuye al efecto invernadero, exacerbando el calentamiento global. Un ejemplo notable de esta contradicción es la decisión inicial de los organizadores de los Juegos Olímpicos de París de evitar completamente la instalación de estos aparatos.

Sin embargo, ante la previsión de que será uno de los eventos olímpicos más calurosos de la historia, finalmente se decidió adquirir unos 2.500 aparatos de aire acondicionado para garantizar el confort de los atletas y asistentes.